jueves, 10 de septiembre de 2015

VISITANDO BARCOS


Pascua  de 2005 en el puerto de Tenerife

A bordo del Hannet

      Preparando el programa del curso, advertimos que de igual manera a lo que sucede en la Campaña de Navidad, la Pascua tenía  motivos excelentes para  acercar al marino, la  noticia de la Resurrección del Señor, diseñando para ello, un banderín o cartel  que anunciara el acontecimiento. Teníamos mucha ilusión en el proyecto.

     Era martes de la 1ª semana de Pascua. En la visita a los barcos del  día anterior  había olvidado la carpeta de los carteles de Pascua  en el Stella Maris; en esta ocasión  lo tuve en cuenta.

    El Hannet, atracado en la Dársena de los Llanos, parecía, por el nombre, un barco con tripulantes extranjeros.(la bandera, si mal no recuerdo, era de Panamá) Al subir a bordo, el marinero que me recibe habla español, es cubano por el acento. Nos presentamos y expliqué el motivo de mi visita. Como hubiera subido información en inglés, volví al coche para recoger  el material en español que incluía los carteles. Con Destellos,  le entrego la felicitación diocesana.

   No retuve  su nombre cuando nos presentamos al inicio,  así que se  lo volví a preguntar: Pedro, me dice. Muy bien, yo me llamo Juan, le confirmo a mi vez. Es un detalle,- le subrayo los nombres- pues traigo un cartel que hemos elaborado con ocasión de la Pascua  y serás el primero que lo recibe: anuncia la resurrección de Jesús. Es una casualidad, reitero destacando lo de los nombres, -Juan y Pedro-, primeros testigos de la resurrección,  y que fuérais los primeros en recibir el anuncio que hacemos por vez primera. ¿Pedro y Juan?, me contesta interpelado, y señalando a otro compañero que se acercaba en ese momento, exclama, y aquí está Jesús, refiriéndose al amigo que llegaba. Quedamos asombrados ( le reconocía en la sintonía creyente) por las “causalidades” y agradecido personalmente  al Señor por su presencia, pues el hecho además de todo lo reseñado,  incluía el momento próximo  al “Primer día de la semana”. (Remite a la experiencia de Maria de Magdalena  que reconoce a Jesús al ser llamada por su nombre)
     Un par de años más tarde  visitaría otro barco, también cubano, en esta ocasión atracado en el dique del Este .Mientras saludaba  y hablaba  con el marinero de guardia,  escucho una voz fuerte de adentro del barco que contenía sorpresa y alegría, que casi gritaba mi nombre  al reconocerme  sin que yo  le hubiera visto ¡Pedro! Le grité  al reconocerlo. Después del abrazo, quise contarle al marino que me había recibido de qué conocía a Pedro,  y él me contesta  que  él ya se lo había contado ..;lo que me ayudó a entender  que  el pan que alimentó a Pedro , también  sirvió para otros … Y así me resulta fácil comprender  como se produce la multiplicación de los panes  
                                                                                                               Juan Esteban

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